- La década en la que nos jugamos milenios. TELOS vas a perder! 116 / 6 -
(Todos los fragmentos o párrafos están extraídos de: https://telos.fundaciontelefonica.com/) -
"Ni lo hemos elegido ni es justo, pero somos la última generación que puede parar la crisis climática. La cuenta atrás ha empezado. Este puede ser el mejor o el peor siglo de la historia. De nosotros depende."-
"Me llamo Javier. Nací en 1986. Apenas unas semanas antes de mi nacimiento la concentración de CO2 atmosférico superó, por primera vez en al menos un millón de años, el límite de seguridad climática convenido por la ciencia: 350 partes por millón (ppm)1. Mi generación heredó una amenaza existencial que iría creciendo a la vez que nosotros. No era la única. Visto en perspectiva, nacer en 1986 era bastante inquietante. La amenaza de que a alguien en alguno de los bloques de la Guerra Fría le diese por apretar el botón nuclear, la lluvia ácida que quemaba bosques enteros en Europa y el agujero de la capa de ozono creciendo por momentos y amenazando con convertir la agradable luz del sol en algo extremadamente peligroso… son solo algunos de los eventos que ocurrían a nuestro alrededor mientras nos concentrábamos con empeño en dominar el bipedismo.-
Por suerte, nadie apretó el botón nuclear, los compuestos químicos que provocaban el agujero de la capa de ozono, los famosos CFC, fueron prohibidos y se obligó a las centrales de carbón a capturar las emisiones de azufre para evitar la lluvia ácida.-
Todos estos procesos no fueron fáciles ni automáticos.Hasta que se tomaron las medidas legislativas correspondientes pasaron muchísimos años. La ciencia tuvo que vencer el muro del negacionismo que impulsaron a golpe de talonario las industrias que se veían perjudicadas por las regulaciones. Mucha gente creyó durante mucho tiempo, gracias a estas campañas, que la lluvia ácida no existía primero, o que, cuando ya era imposible negarlo, no se debía a la actividad humana. Lo mismo ocurrió con el agujero en la capa de ozono. Por suerte, en ambos casos, la ciencia y el interés general terminaron doblando el brazo a los intereses espurios de unas cuantas compañías.-
El problema es que, cuando llegaron los científicos y explicaron que al quemar —nada menos que— petróleo, carbón y gas natural aumentábamos la concentración atmosférica de CO2, un potente gas de efecto invernadero, y que eso estaba calentando el planeta de forma extremadamente peligrosa… las compañías afectadas eran gigantes que no tenían ningún problema en gastar miles de millones en desprestigiar a la ciencia. Además, el problema era sistémico, pues básicamente toda nuestra economía funciona con esos combustibles.-
Estamos activando varios mecanismos naturales de retroalimentación positiva capaces de acelerar, por sí mismos, el calentamiento global. El deshielo del permafrost ártico, que contiene cuatro veces más carbono que el que hay actualmente en la atmósfera, y la acidificación de los océanos, el mayor sumidero de CO2 del mundo, se encuentran a la cabeza de los llamados tipping points de la emergencia climática.-
Somos la primera generación que experimenta los efectos de la crisis climática y la última que puede hacer algo para pararlo.-
Además, los sistemas de almacenamiento energético, tanto las baterías como el hidrógeno verde o los sistemas de almacenamiento gravitacional, hidráulico o de frío/calor han evolucionado de forma vertiginosa en los últimos años, hasta el punto de que más de 47 estudios científicos han concluido ya que la transición total a las renovables es viable tanto técnica como económicamente. Hay alternativa eléctrica y/o cero emisiones ciento por ciento viable hoy para descarbonizar prácticamente todo.-
Se hace imperativo poner en marcha nuevos modelos económicos que destierren el objetivo suicida del crecimiento infinito (viviendo en un planeta finito) y pongan el bienestar social y ambiental en el centro de la ecuación.-
El crecimiento alarmante de la población también nos deja una tarea curiosa: la única forma de frenarlo es erradicando el machismo y la pobreza en el mundo. Los datos muestran que, una vez las mujeres tienen libertad e igualdad optan, de forma abrumadora, por tener menos hijos.-
(Todos los fragmentos o párrafos están extraídos de: https://telos.fundaciontelefonica.com/) -
Saludos. José Miguel Rubio Martínez TICDEPLATA* edublogger. Profesor PT TIC del CRA Vía de la Plata de Extremadura, junto con Castilla y León.
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