lunes, 21 de febrero de 2022

Fronteras y exclusión: paradojas de la digitalidad. TELOS vas a perder ! - 117 / 17

 Fronteras y exclusión: paradojas de la digitalidad. TELOS vas a perder ! - 117 / 17

"LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO EXIGE UN ESFUERZO PARA EVITAR UN NUEVO ANALFABETISMO."- 

 

 "Tanto la digitalidad como la cultura digital producen fronteras y dinámicas de exclusión de manera directamente proporcional a su crecimiento y expansión. Una paradoja puesta en discusión que recientemente se inicia.- 

Al enunciar la existencia y establecimiento de fronteras en la digitalidad y en la cultura digital, se revela una paradoja fundamental. Y es que la tan popular y profética afirmación hecha por Marshall McLuhan, acerca de la aldea global que habitaríamos, nos hizo pensar durante décadas que, el advenimiento de las tecnologías de la información y del conocimiento digital acelerarían ese proceso y nos permitirían vivir de primera mano el panorama planteado por el comunicólogo en sus obras publicadas entre 1962 y 19641. Sin embargo, si la tendencia histórica de la humanidad se inclina hacia la alteridad, según la cual establecemos cánones basados en la diferencia y definimos al otro por lo que no es con base en nosotros, ¿por qué tendría que ser diferente la cuestión en el mundo digital? -

Estas breves líneas plantean algunas de las maneras en las que la digitalidad y la cultura digital operan de manera fronteriza estableciendo límites, algunos evidentes y otros que requieren de cierta mirada crítica para ser visibilizados, investigados y aprehendidos.- 

Si bien es cierto que, una de las cuestiones más atractivas del ciberespacio es que no existe en él una jurisdicción geolocalizada, existen dinámicas fronterizas de la digitalidad que podrían considerarse básicas y que tienen que ver con taxonomías que refieren a la humanidad dividida entre nativos y analfabetos digitales. Estas fueron descritas en 1996 como parte del texto de Declaración de independencia del ciberespacio presentado ese año en Davos, Suiza. En dicho escrito, Barlow pretendía también la consideración de la creación de un mundo y una civilización del ciberespacio “más hermosa y más humana…”.- 

Esta consideración clasificatoria, que en una primera instancia pareciera hacerse amparada en una cuestión etaria —quienes nacieron cuando ya había computadoras e Internet, y quienes no— , puede extenderse hacia otras manifestaciones en torno a la inmersión en mayor o menor grado en las tecnologías digitales; esto acompañado de la posesión de los dispositivos necesarios para dicha posibilidad.- 

Pasaron décadas sin que quizá, en una mirada generalizada, comprendiéramos que el acceso a la información no garantiza la construcción de conocimiento y que, junto con esta posibilidad de estar ligados a la web, por lo menos en lo que se refiere a echar un vistazo mediante los dispositivos y medios que ahora lo hacen posible quizá de manera más ecuánime, tendría que ir de la mano con otro tipo de factores que tienen que ver con condiciones de vida dignas y el acceso a otros servicios básicos: agua y electricidad, en particular.- 

Habrá que comprender entonces la digitalidad en tanto espacio como territorio, susceptible de narrarse como lugares con límites definidos, donde operan políticas de exclusión comparables con las fronteras geográficas que delimitan, casi enteramente, el ser de la humanidad hoy día.- 

La condición principal impuesta por las narrativas transmedia “en cualquier momento, en cualquier lugar” resulta quizá la cláusula más impositiva y que mayor cantidad de dinámicas fronterizas tiende a generar.- Y es aquí donde hay que revisar que, como cualquier otro Estado- nación moderno, el ciberespacio está dominado y regulado por el mercado y que, en esta medida, está subyugado por quienes mayores aportes de capital generan a esta estructura de corte a-geográfico. - 

La gran mayoría de nosotros hoy día, estamos obligados a ser usuarios de la vida digital: bancos, diarios, sistemas de regulación fiscal, sistemas educativos y muchos otros nos impusieron la abrumadora creciente necesidad de estar conectados para operar dentro de “la Red”. Sin embargo, esto no significa un aporte fundamental a la cultura digital. Estas plataformas siguen contando con que somos usuarios y no les interesa, porque tampoco se encuentra dentro de su rango, incentivar ciudadanos que sean potenciales generadores y curadores de contenidos. Lo cual lleva al conteo de personas conectadas, maniobra que, probablemente, asegura el éxito de políticas públicas en torno a la conectividad. Dichas interacciones, resultan configurarse más hacia un cierto “régimen digital” que hacia una participación activa, consciente y cultural.- 

Pensar que las tecnologías digitales son ecuánimes porque se encuentran libres de emociones humanas puede ser uno de las creencias populares mayormente alimentadas en nuestros tiempos.- 

La aplicación de fórmulas algorítmicas que funcionan para el discernimiento de segmentos de población, muestran otra cara que nada tiene que ver con el territorio soñado, amable, justo e independiente que se planteara en los años 90.- 

Junto con la dificultad de integración de una forma naturalizada como se pretendía a las tecnologías digitales, la segregación de la inteligencia artificial, cuyos casos abundan, sobre todo, en algoritmos calificados como racistas para el etiquetado de fotografías en redes sociales y traductores que dan por sentado el género asociado a una profesión, resultan de la programación hecha por los humanos, quienes inevitablemente están detrás de los lenguajes informáticos.- 

 La inexistencia de un espacio físico, no impide que se tracen fronteras. Al contrario, asegura la extensión de dinámicas coloniales, prejuicios y alteridades que siguen definiendo el curso de la humanidad, incluso dentro de esta modernidad global abrumadora."- 

(Todos los fragmentos o párrafos están extraídos de: https://telos.fundaciontelefonica.com/) - 

Saludos. José Miguel Rubio Martínez TICDEPLATA* edublogger. Profesor PT TIC del CRA Vía de la Plata de Extremadura, junto con Castilla y León.

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