Posverdad: mentira y manipulación. TELOS vas a perder! 122 / 3
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LA PALABRA POSVERDAD SE INCORPORÓ
A FINALES DE 2017 COMO NEOLOGISMO
EN LA PRIMERA ACTUALIZACIÓN DEL
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA.
Un análisis sobre el origen del concepto y de la palabra
post-truth o posverdad en el marco de la posmodernidad. Se
destacan tres vectores interpretativos que ayudan a comprender
mejor el entramado de la posverdad: económico y político el
primero; comunicativo el segundo y psicológico el tercero.-
En el escenario de nuestra posmodernidad ha surgido el
nuevo concepto de la posverdad. De la fuerza de su impacto
da fe que el más prestigioso diccionario inglés lo
distinguiese en 2016 con el título honorífico de palabra
del año. Para el Oxford, post-truth es un adjetivo referente
a que los hechos objetivos influyen menos en la formación
de la opinión pública que los llamamientos a la emoción y
a las creencias personales.-
Muy pronto, tras la aparición del neologismo en inglés,
Ralph Keyes (2004) se atrevió ya a hablar de The
Post-Truth Era en una obra de gran éxito que trataba de
la deshonestidad y el engaño en la vida contemporánea.
Ken Wilber (2017) culpa abiertamente a la
deconstrucción y otros excesos de la posmodernidad de
la destrucción de la verdad en virtud de su relativismo y
perspectivismo que acaban conduciendo inevitablemente
a un nihilismo epistemológico, agravado todo por un narcisismo
del que no se libran Derrida, Foucault, Lacan,
Lyotard o Bourdieu. Nihilismo y narcisismo potenciados,
por otra parte, gracias a Internet.-
El relativismo epistemológico acerca de lo que sea
verdadero, o la simple negación de la verdad, crea así, en palabras
de Ralph Keyes, “a post-truth intelectual atmosphere”,
la era de la posverdad en la que no hay verdad ni
mentira, ni honestidad frente a la deshonestidad.-
Mas debemos reparar no solo en los bulos (fake news), sino también
en las fake-stories, construcciones verbales y narrativas
más desarrolladas a las que atendía en 2007 Christian
Salmon en su libro sobre “la máquina de fabricar historias
y formatear las mentes” titulado Storytelling. Aquí Storytelling
es tanto como contar un cuento chino; una patraña.-
La palabra posverdad se incorporó a finales de 2017 como
neologismo en la primera actualización de nuestro Diccionario
de la lengua española. Para definir posverdad, que en
español no es un adjetivo sino un sustantivo, se partió de la
idea de toda información o aseveración que no se basa en
hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias
o deseos del público; como una distorsión deliberada de
una realidad, que manipula creencias y emociones con el
fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales.-
La definición que el escritor Julio Llamazares formuló al
final de una de sus columnas en el diario El País en abril
de 2017 dice: “La posverdad no es una forma de verdad, es la
mentira de toda la vida”. Porque la mentira forma parte de
los recursos propios de la práctica política, por ejemplo, como de manera
difícilmente superable Nicolás Maquiavelo reflejó en El
Príncipe. En la misma línea, según Hannah Arendt, el “estar
en guerra con la verdad” va implícito en la naturaleza de
la política, definida ya en su día por Disraeli como “el arte
de gobernar a la humanidad mediante el engaño”.-
Es evidente la conexión
entre este clima de pensamiento posmoderno propiciado
por ciertos pensadores y la posverdad. La llamada deconstrucción,
un signo más de la sociedad líquida, dejó el terreno abonado
para su triunfo, y a todo ello contribuye también el
éxito arrollador de la llamada inteligencia emocional, que
exacerbada y banalizada puede conducir a la quiebra de la
racionalidad. Porque es cierto que la deconstrucción viene
a sugerir que la literatura y en general el lenguaje puede carecer
de sentido, que es como una especie de algarabía de
ecos en la que no hay voces genuinas, hasta el extremo de
que el sentido se desdibuje o difumine por completo. -
Hay que destacar, finalmente, tres vectores interpretativos
que ayudan a comprender la posverdad. El
más importante, sin duda, es la instrumentalización
económica o política de esas estrategias conducentes
a la tergiversación sistemática de la realidad.-
Un segundo vector de la posverdad tiene que ver con
la poderosa irrupción de inéditos medios de comunicación
proporcionados por las nuevas tecnologías, que
han producido el declive de la prensa y las grandes cadenas
de radio y televisión no solo en términos comerciales,
sino también en cuanto a credibilidad. El problema
está en que estos nuevos medios sociales influyen más,
pero carecen del control profesional de la información,
de objetividad y de toda deontología.-
La conclusión es obvia: las redes sociales han jugado un
papel decisivo a favor de la posverdad. Mathew d’Ancona
va todavía más lejos: considera que Internet es el vector definitivo
para el triunfo de la posverdad, porque es un ámbito
indiferente a la falsedad y a la honestidad deontológica, e
ignora la diferencia entre ambas. Así pues, la tecnología ha
sido y es el motor principal e indispensable del fenómeno.-
Finalmente, para descifrar el porqué de la posverdad
también deben de ser aducidos argumentos procedentes de
la psicología social, como tercer vector. Junto a esta evidencia de que por naturaleza
somos truth-biased, personas inclinadas o “sesgadas”
hacia la verdad, se ha estudiado también la influencia de
ciertos cognitive biases, de los prejuicios o predisposiciones
que, debemos admitir, influyen poderosamente en nosotros,
aunque la aceptación de ello nos revele que somos
menos racionales de lo que pensamos o nos gustaría ser.
Es —dicho en otros términos— el sesgo de confirmación
o sesgo confirmatorio por el que renunciamos al razonamiento
inductivo a favor de una tendencia gnoseológica
que favorece la interpretación de los hechos conforme a
nuestras informaciones y suposiciones previas, imbuidas
de nuestra emocionalidad. Seguimos así las pautas de un
pensamiento ilusorio que nosotros mismos nos hemos
dado y que concede prioridad absoluta a nuestras creencias
personales frente a evidencias contrarias.-
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Saludos.
José Miguel Rubio Martínez TICDEPLATA* edublogger. Profesor PT TIC del CRA Vía de la Plata de Extremadura, junto con Castilla y León.